domingo, 26 de diciembre de 2010

La navidad.

¿Que tendrán estas fechas que todo el mundo parece un buen samaritano? Es curioso, pero si observas lo que te rodea, te das cuenta de que en estas dos semanas llenas de bondad y ganas de abrazar a quien se te ponga por delante, somos capaces de sonreir a quien no conocemos, de ceder el paso en las rotondas, de mirar e incluso dar alguna moneda a los mendigos que salen a nuestro encuentro. Nos acordamos de esos amigos que solo lo son en Navidad, pensamos que, aparte del IBEX 35, el Euribor o el IPC, existen otras instituciones como Cáritas o Jesús abandonado. Yo estoy por pensar que todo se debe a un virus estacional de corto recorrido. En unos días, y tras medicarnos con un antibiótico llamado Egoistranol, todo volverá a la normalidad. Seremos de nuevo unos seres fríos y calculadores, estresados e irritables, egocéntricos y manipuladores. Volveremos a nuestra condición de "seres humanos".

Yo propongo una cosa. No compremos este año esa medicina tan curativa. Estemos enfermos todo el año que se nos presenta y, si nos funciona, sigamos así durante otro año más, y otro, y otro. Posiblemente nos vaya mejor en la vida.

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